Cristiano Ronaldo impide el milagro del Real Zaragoza

JAIME PARICIO/ESPIRITU DEPORTIVO. El Real Zaragoza no pudo pasar del empate ante el Real Madrid (1-1) en un partido donde los de Manolo Jiménez fueron superiores. 

Frustación. Con este adjetivo podemos calificar el estado de ánimo del Real Zaragoza hoy, y de la casi totalidad de sus aficionados. Con un Real Madrid en rotaciones, y con tan solo Cristiano como peligro real, el Zaragoza no supo aprovecharlo, y cosechar la que habría sido una épica victoria. La frustración de sin hacer un gran partido, estar jugando mejor que tu rival (que en líneas generales es claramente superior) y no poder adelantarte. La frustración de ver como pasan los minutos, que no llegue tan ansiada victoria. La frustración de ese posible penalti a Hélder Postiga, que no es pitado. La frustración de ver como tu mejor jugador que reaparece hoy, recae de su lesión. Aún así, hoy el equipo aragonés puede sentirse muy orgulloso de haber empatado contra un equipo como el Real Madrid, que a pesar de no jugar bien, siempre es un hueso duro de roer. Hay motivos para creer en la salvación, no solo por el resultado sino por la actitud y el esfuerzo demostrado durante todo el encuentro, peleando por esa victoria hasta el último minuto. Haciendo gala de esos valores que caracterizan al zaragocismo como ya comentaba en la previa de este mismo encuentro.

El partido comenzaba con un Real Zaragoza lanzado, bien plantado atrás y saliendo a morder arriba con ganas de pelearle el partido a un Madrid, que salió adormecido. A los pocos minutos de empezar una contra muy bien llevada por Montañés, era desaprovechada de forma catastrófica por Rodri, que pocos instantes después estallaría de alegría tras anotar el primer y único gol local. Una recuperación que se transformó en una perfecta asistencia de Apoño para Rodri propició el tanto zaragocista. El sevillano se marchó en velocidad de la zaga madridista y definió de forma magistral ante Diego López haciendo saltar la sorpresa en La Romareda a los seis minutos de partido. Marcar el gol tan pronto quizás fue lo que pasó factura, aún así el equipo no se amilanó y decidió seguir en esa misma línea, buscando el segundo. El Zaragoza se aprovechó de un Madrid con preocupantes problemas en la salida de balón, con un Essien totalmente desconectado y un Modric intentándolo sin éxito, el equipo recuperó numerosos balones en la medular. De nuevo Rodri lo intentó tras un despeje erróneo de Cristiano, pero su fuerte latigazo se marchó desviado por poco de la portería de Diego López. El equipo de José Mourinho se fue entonando poco a poco, y empezó a llegar con cierto peligro, y marcó antes de llegar a los cuarenta de juego. Avisó poco antes Essien con un cabezazo tras un genial centro de Marcelo que despejó Roberto de manera brillante. De todos es sabido que Cristiano no es propenso a perdonar, ni menos cuando le das facilidades como las que le ofreció la zaga blanquilla. En un cúmulo de errores culminados con otro garrafal de Loovens al corte, encontró Cristiano el empate en un insólito hueco entre el palo izquierdo y el pie de Roberto. Ese pequeño espacio que solo los grandes delanteros saben encontrar. Los de Jiménez no se vinieron abajo, y antes del descanso tuvieron una importante doble ocasión desperdiciada de Abraham y Rodri con dos tímidos disparos fáciles para el meta gallego del Real Madrid.

El descanso significó un punto de inflexión en el Real Madrid, que intentó el empate y que durante los primeros minutos de la reanudación intimidó al conjunto blanquillo. Tres minutos después de reanudarse el juego, los blancos perdonaron una triple ocasión clarísima que por milagro de 'La Pilarica' no entró en la portería de Roberto. El meta le paró un mano a mano a Cristiano, el rechace le cayó a Marcelo que con todo a favor mandó el esférico al palo. Essien no acertó por poco tras un nuevo rechace. El partido entró en una dinámica más física sin demasiadas ocasiones, con multitud de rechaces. Llegando a la hora de juego, el ghanés Michael Essien agarró de manera clara a Hélder Postiga derribándole cuando se disponía a rematar. Undiano no lo consideró suficiente y decidió dejar seguir el juego. Acto seguido llegaron dos noticias catastróficas para el equipo, las lesiones de Apoño y Rodri, que fueron sustituidos por Romaric y Víctor. El costamarfileño volvió a defraudar en su enésima oportunidad, y el catalán completó unos buenos minutos en ataque. Precisamente fue Víctor quién sirvió un gran centro a Postiga para que rematase a las manos de Diego López una de las ocasiones más claras del encuentro. Nuevamente volvería a correr la misma suerte el portugués, que con un perfecto cabezazo no pudo derribar al muro madridista.Ni las incorporaciones de Ozil, Di María y Khedira en el Madrid lograron si quiera crear verdadero peligro en la meta de un Roberto, que terminó salvando los muebles. Conclusiones positivas para el Real Zaragoza, que tras este encuentro empieza a vislumbrar una pequeña luz al final del túnel. Esperemos que no sea un espejismo, sino una realidad.

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