JAIME PARICIO/ESPIRITU DEPORTIVO. Al igual que en el pasado enero, el Real Zaragoza salió goleado del Sánchez Pizjuan por un Sevilla que al son de Navas, Reyes y Negredo destrozó a un Zaragoza que lleva tiempo hecho añicos.
El presente año está siendo una catástrofe que asola tanto a jugadores como a cuerpo técnico. El equipo vaga por los terrenos de juego sin rumbo ni sentido como si no se jugasen nada. Se muestran como un equipo débil y blando en defensa, e incapaz de trazar dos pases seguidos en el medio del campo. El ataque es escaso a la par que impreciso, convirtiendo el 'gol' en la utopía más absoluta. La ofensiva del equipo se resume en balones largos sin criterio alguno. Un equipo en plena transición hacia Europa como el Sevilla no perdonó partido tan fácil, y se desquitó contra un equipo falto de ganas, orgullo y ambición. En un inicio igualado en fuerzas con tímidos acercamientos por parte de ambos equipos, lo único destacable que hubo, fue el posible penalty de Medel a Hélder Postiga tras una pérdida del mediocentro chileno. Mientras fueron pasando los minutos el poco Real Zaragoza que había se fue diluyendo, y el Sevilla lo aprovechó antes de la media hora. Una falta lejana botada por Rakitic, la dejó Negredo de tacón para que Coke, tras tocar en la zaga maña introdujera el balón en la portería de Leo Franco.
Una genial jugada ensayada facilitada por la pasiva defensa aragonesa que se limitó a ser mera espectadora del tanto sevillista. Que las desgracias nunca vienen solas, es un hecho que el Zaragoza está empezando a comprobar de primera mano. Tras el tanto de Coke, fue expulsado Babovic por doble amarilla. Polémicas aparte sobre la primera amonestación, la culpa fue de la imprudencia del mediocampista serbio, que debió ser consciente de la peligrosidad de dejar en inferioridad a su equipo. Se llegó al descanso con el marcador favorable a los locales, que estaban siendo muy superiores. Ni las entradas de Bienvenu y Rochina evitaron que los de Jiménez fueran un juguete roto en manos de un equipo que se limitó a seguir el guión establecido. Coke, pasados los cincuenta minutos de juego, aprovechando de nuevo la pasividad aragonesa envío un misil al fondo de la mallas para sentenciar el encuentro. A partir de aquí empezó el vendaval que arrasó e hizo más daño si cabe a un equipo que navega a la deriva con rumbo a la Segunda División. Navas y Reyes al contragolpe, y tras una maravillosa conexión hicieron el tercer gol. Negredo, que no podía quedarse sin marcar, hizo el cuarto y definitivo tanto.Tras una semana de reflexión con partidos de selecciones, el próximo rival será nada más y nada menos que el Real Madrid.
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