JAVIER IBÁÑEZ/ESPIRITU DEPORTIVO. Si el Real Zaragoza debe retocar algo para revertir su preocupante situación es inevitable mirar a la defensa.
Ahí es donde mayoría de mínimas llegadas del rival al área zaragocista y los errores propios cuestan goles a un equipo blanquillo que ha pasado de ser de los que menos ocasiones les generaban a ser un equipo fácil para batir (14 goles encajados en 9 encuentros de liga en 2013).
De los cuatro defensas que vienen jugando últimamente y con los que más cuenta Jiménez, Sapunaru, Loovens, Álvaro y Abraham, a nadie se le escapa que el más flojo de todos ellos es el holandés Loovens. Llegó procedente de Escocia como un central curtido, en ligas menores sí pero curtido, con cierta experiencia y saber estar sobre el terreno de juego. Pues desde su llegada apenas ha disputado 12 partidos y se ha perdido otros tantos a causa de continuas lesiones y sanciones de jugador novel.
Sin ir más lejos, en el último encuentro ante el Getafe fue expulsado de nuevo por ver una segunda amarilla bastante evitable, complicando la posible reacción de un equipo que ya de por si estaba prácticamente muerto. Loovens no acaba de encontrar su regularidad en el Real Zaragoza y las veces que juega, salvo en el juego aéreo, no destaca por encima de ninguno de sus compañeros.
Con Loovens sancionado para medirse al Granada, sería el momento de buscar esa pareja ideal para Álvaro y darle continuidad. Jiménez ha probado en el centro de la zaga a Paredes, lateral de naturaleza y con el que parece no contar ya por sus numerosos fallos, y a Pintér. El húngaro, a pesar de ser un centrocampista defensivo, las veces que ha jugado en el centro de la defensa ha cumplido y ha estado correcto, sin destacar negativamente más que Loovens o Paredes. Su entrada por Loovens haría que no se notara en el juego aéreo y además posee una técnica y salida de balón superior a la del holandés. Otro punto a favor de Pintér es que posee una mayor velocidad que el central holandés a la hora de defender en carrera o realizar coberturas. Si a Pintér se la achaca algo es su falta de sangre en determinadas situaciones, pero otro plus a su favor es su buen posicionamiento táctico.
Otra opción, menos probable, sería volver a contar con Lanzaro. El italiano jugó en Valladolid y aunque el equipo estuvo mal, él no fue de los peores. A pesar de no haber jugado nada más que en dos encuentros esta temporada, no se le ve falto de ritmo y siempre ha declarado defender la camiseta del Real Zaragoza hasta el último día que forme parte del equipo. Lanzaro fue clave para Jiménez en la salvación del conjunto maño el año pasado y se puede entender que si al principio de temporada se le buscaba salida no contase, pero una vez sabido que se queda lo que resta de campeonato, prescindir de un efectivo como él, con experiencia y luchador en situaciones críticas, resulta un poco atrevido.
También hay que destacar el bajón sufrido desde que finalizó la primera vuelta de Sapunaru. El rumano fue uno de los mejores fichajes que realizó el Real Zaragoza pero lleva numerosos partidos que no rinde como anteriormente lo hizo. En cambio su sustituto, Fernández, las veces que ha jugado, quitando la expulsión ante el Sevilla en Copa, ha rendido a buen nivel. No sería descabellado darle un toque de atención al rumano de cara a la importante recta final que le espera al equipo cediéndole su puesto al andaluz. Otra opción puede ser apostar por Sapunaru en el centro de la defensa junto a Álvaro.
Para remontar el vuelo y lograr los tres puntos ante el Granada el lunes son necesarios cambios. Quién sabe si el primero puede estar en la defensa.
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