JAVIER IBÁÑEZ/ESPIRITU DEPORTIVO. El domingo el Real Zaragoza sacó un punto de La Rosaleda ante un Málaga que no fue superior al equipo maño.
Si antes del partido nos dicen que el conjunto blanquillo iba a sacar un empate ante un rival de Champions, todos lo habríamos dado por bueno, pero viendo como transcurrió el encuentro, ahora el punto sabe a poco.
El equipo de Jiménez jugó un buen partido. Un partido serio, con cabeza y con la intensidad necesaria para crear peligro y no dejarse superar para un rival superior, tanto en la clasificación como en plantilla. Y es que ayer el Real Zaragoza dio la sensación de volver a ser el equipo que era fuera de casa antes del maléfico mes de enero, donde el equipo no jugó a nada y no superaba el disparo a puerta por partido. Ayer hubo transiciones rápidas en ataque, la defensa estuvo todo el partido segura y apenas concedió ocasiones claras al Málaga y se lograron cuatro disparos a puerta, por un total de 15 intentos (7 por parte rival).
Solo con esa estadística se puede apreciar que el equipo gozó de otro aire y tuvo más mordiente. Tal vez sea el descanso semanal del que han disfrutado los jugadores por no tener, tristemente, partido de Copa, por reaccionar y dar un vuelvo a la mala dinámica que había cogido el equipo blanquillo o por que la recuperación de jugadores como Apoño y Álvaro ayudan tanto en el medio como en la defensa.
Aun así, y sea cual sea el motivo real, está claro es que el Real Zaragoza vuelve a transmitir buenas sensaciones a pesar de que los árbitros sigan empeñados en fastidiar el trabajo de un cuerpo técnico y sus jugadores y apagar la ilusión de una afición que sueña con un equipo mejor. Ayer, un penalti inexistente de Paredes dio al Málaga el empate tan solo 9 minutos después del gol de Postiga. Es cierto que en la segunda mitad se le anuló a Isco un gol por fuera de juego inexistente, pero también es cierto que el jugador malagueño finalizó la jugada con la defensa parada y un Roberto sin tensión al haberse señalado antes posición incorrecta.
Errores arbitrales, semana sí y semana también prácticamente, a parte, el Real Zaragoza experimenta un cambio radical que hace pensar en un mes de febrero mejor que el anterior, cosa no muy difícil. Además, el equipo cuenta con cuatro nuevos refuerzos arriba que pueden dar más chispa y frescura al ataque para llegar en mejores condiciones a la meta rival y conseguir recuperar el camino perdido fuera de casa y tal vez extenderlo rumbo a La Romareda, donde aún no se ha encontrado.
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