JAVIER VEGAS/ESPIRITU DEPORTIVO. El Real Zaragoza y el Málaga han empatado en La Rosaleda (1-1) en un partido donde los de Manolo Jiménez merecieron más.
Reparto de puntos en La Rosaleda en el mejor encuentro del Real Zaragoza en lo que llevamos de año. El conjunto aragonés fue muy ambicioso y mereció una victoria que evitó el árbitro, la mala suerte y un gran Caballero.
El equipo salió al campo con los mismos hombres que han jugado la temporada, aunque sin poder contar con los lesionados. Rodri y Rochina entraron en la segunda parte, aunque no tuvieron tiempo de demostrar nada.
El partido comenzó con intensidad y a los 13 minutos el Real Zaragoza se iba a adelantar en el marcador con un bonito gol. Postiga volea un centro al que nada puede hacer Caballero. No podían empezar mejor las cosas para los blanquillos que se fueron arriba y se hicieron con la posesión del balón, sin embargo, iba a durar poco la alegría. En una jugada aislada el árbitro Álvarez Izquierdo se inventa un penalti por una supuesta mano de Paredes que sólo el linier vio.
Isco disparaba y marcaba para poner el empate en el marcador. Parecía que el Real Zaragoza se podía venir abajo debido al jarro de agua fría pero no fue así. Fernández y Montañés en un disparo que atrapa Caballero pudieron poner al equipo de nuevo por delante.
Así terminaba una primera parte donde los de Manolo Jiménez se iban con la sensación de haber merecido más y es que el Real Zaragoza estaba tocando muy bien y llegando con peligro a la portería de un triste Málaga.
En la segunda parte poco cambiaron las cosas. En el minuto 56 Apoño dispara al palo en una falta y en el rechace Movilla falla a puerta vacía de forma inexplicable. Un minuto después Víctor Rodríguez puso a prueba de nuevo a Caballero que evita el gol de forma acrobática.
Eran los mejores momentos de un Real Zaragoza que no se conformaba con el empate, mientras el Málaga se limitaba a defenderse con uñas y dientes. En los últimos minutos de la primera parte debutaron Rochina y Rodri, aunque pasaron desapercibidos.
Con el partido ya casi finalizado, José Mari, que había sido uno de los hombres más activos se iba expulsado tras ver la segunda amarilla. Al final empate valioso, pero que deja un sabor agridulce por cómo se produjo.
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