Bailando al contragolpe

JAVIER IBÁÑEZ/ESPIRITU DEPORTIVO. El Real Zaragoza cerró ayer en Bilbao el año futbolístico con una victoria por 0-2 y lo hizo dando muestras de ser un equipo serio y con hechuras, dejando una cuestión que muchos seguro se plantean: ¿Cuál es el verdadero estilo del Real Zaragoza?.

Por todos es sabido que los maños en La Romareda no rinden como es esperado y eso nunca gusta, ya que la afición va con ganas al estadio para ver vencer a su equipo. Todo lo contrario pasa a domicilio, donde el conjunto entrenado por Jiménez se muestra más victorioso que en su propio feudo. Bastante más. Visto lo visto, a simple vista se puede deducir que jugar en casa no le va bien al Real Zaragoza, pero no es algo tan simple, la cosa va más allá, va a los parámetros del juego y al estilo que utiliza el equipo jugando en casa y fuera. Dos estilos totalmente diferentes.

En casa intenta llevar todo el peso de los partidos, es más, el 90% de las veces lo lleva. Su premisa es atacar y atacar pero lo hace de una manera desordenada, alocada… con la mayoría de los jugadores guiándose por ése impulso de querer hacerlo todo rápido. Lo hace a la aventura, descuidando bastante la defensa y sin pensar en las trágicas consecuencias que puede acarrear una perdida de balón estando el equipo bastante descolocado. La avalancha que el equipo forma cuando juega ante su público hace que el rival le vaya ganando el partido poco a poco gracias al desorden creado y cansancio acumulado, sobretodo  mental al ver que no logran pasar a su rival tras intentarlo una vez tras otra sin llegar al gol. Tanto es así que de 8 partidos, en 5 no han logrado anotar un solo gol. Al final llega lo que todos sabemos, un buen ataque, solo basta uno, lanzado por el rival para lograr anotar y poner todo cuesta arriba.

En cambio cuando el Real Zaragoza juega fuera se transforma, se pone el mono de trabajo y muestra su segunda cara cediendo más balón a su rival para replegarse bien, ya que no lo hace cerca de su propia área, junta las líneas y espera su momento ordenado y con cabeza. Se convierte en un equipo sólido y con paciencia donde Apoño y Movilla en cuanto reciben el balón lo pasan rápidamente a los jugadores de ataque, en transiciones rápidas que evitan el rápido reposicionamiento rival tras efectuar su ataque. Ahí el Real Zaragoza hace daño, es rápido, incisivo y encara la portería rival con un cuchillo entre los dientes. Se siente cómodo y es fiable. Es un equipo duro.

El equipo blanquillo tiene dos caras: la alocada y arriesgada en La Romareda, y la seria y contundente en campo enemigo. Viendo esto y todos los partidos que se llevan de competición, se puede decir que a éste Real Zaragoza le va mejor jugar al contrataque. Se ha demostrado, no es cosa de uno o dos partidos, son unos cuantos y con buen resultado. Si el equipo es capaz de hacerlo fuera de casa, ¿por qué no va a hacerlo en La Romareda con su público animando y apretando al rival? Sólo es cuestión de ser serios y no dejarse llevar por el ansia prematura de victoria, no ir a lo loco a por el rival y esperar los momentos oportunos para soltar los zarpazos necesarios para aturdir al rival.

Es algo que Jiménez debería plantearse, crear un estilo único y definido porque es mejor ser maestro en un arte que aprendiz en muchas. Y además, ya hemos visto que este equipo es bueno bailando al contragolpe. 

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