ESPIRITU DEPORTIVO. El Real Zaragoza volvía este lunes a La Romareda tras un duro calendario y lo hacía a priori ante uno de los equipos más asequibles. Sin embargo, sucedió lo menos esperado.
Nunca se puede dar por ganado un partido antes de disputarlo y eso es lo que le ha pasado al Real Zaragoza frente al Celta. Todo indicaba que iba a ser un encuentro fácil por todas las condiciones que se daban. Un rival asequible, en La Romareda con el calor de tu público, con el once de gala y en el mejor momento de la temporada tras jugar de tú a tú en el Camp Nou.
Sin embargo, la única realidad es que el equipo se ha llevado una derrota que pocos se esperaban y es que en el fútbol las estadísiticas no valen para nada. El Celta no había logrado ni una sola victoria a domicilio en los seis partidos disputados y en la segunda parte ha sido superior al Real Zaragoza. Sin hacer los gallegos un partido muy vistoso han sabido aprovechar su momento para dar la campanada.
Ahora viene la Copa del Rey, donde los de Manolo Jiménez tendrán dos días menos de descanso que el Granada. Sin embargo, pasar la eliminatoria se convierte casi en una obligación.