GUILLERMO COSCOLLA / ESPÍRITU DEPORTIVO. El empate ante el Tenerife (1-1) el pasado domingo, confirma la mala situación física y moralmente que atraviesa el equipo que dirige Ranko Popovic.
La visita al Heliodoro Rodríguez, el pasado domingo, con prácticamente toda la plantilla al completo, a excepción de Eldin y Javi Álamo, se le presentaba al Real Zaragoza como una oportunidad de oro para demostrar que el bache de la entidad aragonesa se había dejado atrás.
A Tenerife el entrenador del Real Zaragoza, Ranko Popovic, no quiso llevarse a nadie de el filial consciente de que ya contaba con suficientes jugadores disponibles del primer equipo. Disponibles estaban, sí. Pero lo que no tenían era el ritmo de competición necesario para brindar el fútbol de toque que pidió el técnico en su presentación y que duró dos meses.
Con el punto obtenido en las islas, el conjunto aragonés se ve obligado a hacerlo bueno ganando el próximo partido en La Romareda ante el equipo más regular y fiable de la categoría, el Sporting de Gijón.
El discurso de Ranko Popovic ya ha cambiado. Con tan solo dos futbolistas en la enfermería, y en cuestión de días habrá solo uno, el serbio ha dejado atrás el que el equipo no gana o juega bonito por la cantidad de bajas. Ahora el problema radica en la falta de ritmo de algunos jugadores. Y es que la no pretemporada del equipo y la cantidad de minutos que arrastran jugadores importantes, empieza a notarse y no parece llegar en un buen momento del campeonato. Solo 10 partidos para que se acabe la liga.
El Real Zaragoza actual aparte de no encontrarse bien físicamente no atraviesa sus mejores semanas en el aspecto mental. Una victoria en los últimos 8 encuentros, no hay futbolista profesional que lo sepa asimilar y eso se nota también en el campo cuando cada uno empieza a hacer su partido particular tirando tanto con la zurda como con la con diestra o desde fuera o dentro del área.
Ranko Popovic no le teme a nada y poco le debe preocupar recibir en las dos próximas semanas al tercero y primer clasificado, Sporting y Real Betis, cuando el serbio al terminar el partido del Tenerife restó importancia al registro que ha conseguido su equipo al enfrentarse a rivales inferiores en la clasificación.
Para el entrenador, el rival es siempre importante pero más lo es como esté su equipo. Ese es el mensaje que lanza en cada rueda de prensa previa a un compromiso liguero y a día de hoy, su equipo está peor que el próximo rival.
Con la visita el sábado del Sporting de Gijón, el Real Zaragoza no podrá contar con dos pilares fundamentales. Ni Basha ni Mario estarán disponibles para el serbio que se le vienen semanas complicadas alrededor del ambiente del equipo si no consigue ganar, por lo menos, uno de los dos próximos enfrentamientos.
Es la hora de demostrar que el cuadro aragonés se crece con los equipos de arriba y que dejar escapar dos puntos como los de Llagostera, Lugo y Alcorcón en La Romareda no van a tener que ser recordados a final temporada.