YERAY CORTÉS / ESPÍRITU DEPORTIVO. El filial zaragocista pierde ante el Cornellà (2-1) y sufre con la actuación arbitral y de la afición local.
El Real Zaragoza 'B' vivió en Cornellà una jornada para olvidar. Los zaragocistas, regresaron a la capital aragonesa sin ningún punto, con Jorge Ortí lesionado de gravedad, sin Nacho Lafita, que tuvo que ser trasladado a un hospital, y con la impotencia de no poder hacer nada ante un pésimo arbitraje.
Todo empezó en el minuto 28, cuando Ortí encaraba al portero rival y recibía una dura entrada de un jugador local que le provocó una rotura de los ligamentos cruzados. El arbitro, sin embargo, pese a la fuerte entrada y que el defensor era el último hombre, tan solo le mostró la tarjeta amarilla a Pelegrí, autor de la falta.
Sergio Gil adelantó al filial en esa acción, pero el Cornellà empató mediante Muñoz, tras una dudosa falta de los blanquillos.
La agresividad por parte de los locales no acabó en la acción de Ortí. Nacho Lafita recibió un fuerte golpe en la cara que le obligó a abandonar el terreno de juego, además de ser trasladado al hospital debido a que en el autobús sufrió un desvanecimiento. Por suerte, el jugador ya está recuperado y ha recibido el alta médica.
Con el pitido final y la derrota por 2-1 del filial, parecía que el calvario zaragocista llegaba a su fin. Pero a la llegada al autocar que les iba a traer de vuelta a Zaragoza, se encontraron con las lunas del vehículo rotas a raíz del impacto de unas piedras.