El Tenerife asalta La Romareda ante un débil Real Zaragoza

GUILLERMO COSCOLLA / ESPÍRITU DEPORTIVO. El cuadro zaragocista cosechó ayer la primera derrota de la temporada en su Estadio ante un rival, el Tenerife, que no había ganado a domicilio.

Se acabó con la imbatibilidad en La Romareda. Ningún equipo había sido capaz de llevarse los tres puntos del Estadio Municipal en lo que va de campeonato y tuvo que ser el Tenerife, equipo que no había ganado fuera del Heliodoro, el encargado de poner fin a esa buena racha de resultados en La Romareda.

El partido empezó mal y acabó peor. La lesión de Mario, el líder del equipo en estas 11 jornadas, durante el calentamiento hizo que tuviera que retirarse a falta de 10 minutos para el comienzo del choque por unas molestias musculares que arrastraba ya días atrás. El encargado de sustituirle fue Jesús Vallejo. La baja de Mario ya fue el primer gol en contra con el que se iba a encontrar el conjunto dirigido por Víctor Muñoz antes de empezar el encuentro.

Con los dos equipos sobre el césped de La Romareda y con el homenaje a José Luis Abós, el partido iba a arrancar de manera favorable para el equipo local que se mostró superior al rival en los primeros quince minutos. Apenas intervino Whalley en ese cuarto de hora y las bandas de Jaime y Eldin eran puro peligro. Sin embargo no tuvieron el efecto deseado. El gol.

 

Un gol que sí encontró el equipo tinerfeño en el minuto 16 tras un desajuste defensivo en el que ni Vallejo ni Fernández estuvieron concentrados y el  delantero Diego Ifran aprovechó ese despiste para superar a Whalley en su salida y desde una posición prácticamente sin ángulo consiguió el primer gol en el primer tiro a puerta de los visitantes.

Tras el tanto recibido el conjunto aragonés siguió intentándolo pero el Tenerife iba ganando terreno y empezó a gozar de más posesión de balón y eso evitó al Real Zaragoza crear el peligro o llevar la iniciativa de los primeros quince minutos. Pero la igualada llegaría a los 10 minutos después del gol de Ifran en una jugada de estrategia en donde una falta botada por Eldin encontró al hombre más alto del equipo, Rubén, para que éste peinara el esférico superando así al cancerbero visitante, Roberto.

A partir de entonces y con el objetivo de igualar el partido lo antes posible, el conjunto dirigido por Víctor Muñoz bajo los brazos totalmente y desde el 25 hasta el 45 el equipo no apareció. De hecho, pudo abandonar la primera mitad con el resultado en contra si no hubiera sido por la gran intervención de Whalley en el minuto 41.

 

Segunda mitad: Ni el equipo ni los cambios mejoraron el fútbol

Tras el paso por vestuario el Real Zaragoza fue el primero en amenazar el área rival con Jaime como primer hombre y después el bosnio Eldin también lo intentó en la segunda jugada aunque sin acierto. Pasaban los minutos en La Romareda y la versión del equipo seguía sin mejorar y las imprecisiones entre jugadores zaragocistas iba siendo cada vez mayor.

Con la hora de encuentro cumplida, el colegiado López Amaya iba a terminar de encender al público de La Romareda que si ya estaba descontento con el juego de su equipo, lo iba a estar todavía más desde el minuto 60 hasta el 90. Primero por la negación del árbitro de pitar a favor del conjunto local y segundo por tener la valentía de señalar dos penaltis en contra. El primer penalti fue en el minuto 60 en donde Borja coincide dentro del área zaragocista con un rival y en una lucha por parte de los dos, el jugador tinerfeño decidió acabar en el suelo tras notar contacto con el delantero del Real Zaragoza. La pena máxima la ejecutó y la convirtió Vitolo poniendo por segunda vez en el encuentro a su equipo por delante.

El resultado en contra hizo mover fichas en las filas zaragocistas y el primero en abandonar el terreno de juego fue Jesús Vallejo dando entrada a Lolo. Y con él sobre el campo la imagen del equipo no mejoró e incluso pudo empeorar y encima el árbitro iba a volver a salir en escena señalando esta vez sí un penalti claro de Rubén. Ifran sería el encargado está vez de ejecutar el lanzamiento y a pesar de rozar el esférico el portero Whalley no pudo atrapar el balón que terminó entrando.

Al igual que hiciera tras el primer penalti, Víctor Muñoz movió el banquillo poniendo sobre el verde de La Romareda a Tato y retirando a Eldin. Cambio que no gustó al público y que como sucediera con el primero, no sirvió para mucho. Pero si con Lolo sobre el campo el Real Zaragoza iba a cosechar el tercer gol, con Tato el equipo consiguió reducir distancias gracias al delantero madrileño y máximo pichichi del equipo, Borja Bastón, que volvió a encontrarse con el gol.  El 2-3 mantuvo la incertidumbre de poder arañar un punto en un partido malo en cuanto a juego pero ni con la tercera sustitución, de Fernández por Diogo, el marcador se iba a mover.

Al final, primera derrota de la temporada en La Romareda en un partido sin ritmo ni ambición por parte de los hombres de Víctor Muñoz que fueron superados por un rival que apenas jugó mejor que los aragoneses pero que se encontraron con esas decisiones favorables por parte del colegiado y con la peor versión del Real Zaragoza en lo que va de temporada.

 

Sígueme en Twitter: @ED_GuillermoCG