JAVIER VEGAS/ESPIRITU DEPORTIVO. La afición que acudió a La Romareda este sábado se lo pasó como hacía muchos años. El juego del equipo enamoró a una afición que se vio identificada con el equipo.
Todo comenzó con un precioso tifo en el Fondo Norte. La afición estaba entregada y sabía que algo estaba cambiando. Con el inicio del partido todo fue igual. El conjunto aragonés llevaba el ritmo del partido y de vez en cuando brillaba en su juego, lo que provocaba que la afición se levantara de su asiento para aplaudir lo que estaba viendo.
Más que nunca la afición fue el jugador número 12 y ni el empate final, silenció a La Romareda.
El 1-1 ha sido un duro palo, porque no era justo y por el momento en que se ha producido. Sin embargo, la afición puede estar tranquila. Si sigue esta intensidad toda la temporada el equipo estará arriba en la clasificación y la afición lo agradecerá.