GUILLERMO COSCOLLA/ESPÍRITU DEPORTIVO. Diez jornadas para el final, a dos puntos del descenso, y en seis días viene el líder. Se habla de mejoría con la llegada del aragonés Víctor Muñoz, y es cierto, pero un equipo que a principio de temporada partía como favorito para ascender a primera, pelea ahora por no descender de categoría.
“Ganar y ganar y ganar y ganar y volver a ganar….” La frase de Luís Aragonés hace falta y mucha dentro del vestuario del Real Zaragoza. Una palabra que no saben lo que significa desde hace nueve jornadas y que podrían ser diez, si el domingo no se gana al Eibar, primer clasificado.
La llegada de Víctor Muñoz ha devuelto la fe para creer que el Real Zaragoza vuelve a jugar al fútbol, de ver correr a 11 jugadores con una idea clara, ganar. Una idea clara, pero que sigue sin ejecutarse. “En el fútbol lo que importa son los resultados” es lo que comentó Víctor el día de su presentación, y aunque se note mejoría con su llegada, el Real Zaragoza sigue hundiéndose cada vez más y con menos tiempo para poder reaccionar.
Víctor, innova y se agradece. Lo pudimos ver en los dos partidos que lleva al frente del equipo, en donde empezó situando a César Arzo en el medio del campo, ante el Deportivo, y en donde ayer sentó a Paglialunga, y colocó a Cidoncha y Barkero en la parte ancha del campo. Los dos cumplieron muy bien aunque llegaran al minuto 60 “muertos” como el resto de los titulares ayer en Mendizorroza.
Víctor Muñoz ha llegado al banquillo del Real Zaragoza con la misma filosofía que lo hizo en un su primera etapa, apostando por la cantera, aplicando las mismas jugadas a la salida de un córner y mentalizando a sus jugadores de que son capaces de ganar a cualquiera. Y es que algo así debió decirle a los Galleti, Cani y compañía, para ganarle un título al Real Madrid.
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