JAIME PARICIO/ESPIRITU DEPORTIVO. Con el Real Zaragoza en puestos de descenso y el equipo recientemente eliminado se empieza a dudar seriamente e la capacidad de Paco Herrera de dirigir a un equipo que de seguir así acabará en las catacumbas del fútbol español
Tan solo dos puntos han sido los conseguidos en las cuatro primeras jornadas de campeonato. Un bagaje muy pobre para un equipo que supuestamente espera un año tranquilo de retorno a la categoría de oro del fútbol español. Dos empates en las dos jornadas iniciales frente a Hércules y Mirandés y dos derrotas posteriores por la mínima ante Barcelona B y Lugo han imposibilitado que el pobre y ruín ‘juego’ – por llamarlo de alguna forma- de los maños haya dado como fruto la victoria.
El preparador catalán no ha conseguido inculcar a sus jugadores el juego de toque y posesión que pretende adoctrinar sino que el equipo muestra un equipo seguro aunque con puntuales errores graves defensivos y un equipo débil e inocente en ataque que tan solo ha marcado un gol en cinco partidos disputados. Además figuras que se presentaban como claves en el ascenso maño están decepcionando de manera incompresible hablamos obviamente de los Álvaro,Abraham o Montañés que tuvieron ofertas de equipos de Primera y no están dando ni el mínimo para jugar en Segunda División. Si hablamos de un mal equipo en la pasada segunda vuelta de la Liga era porque no sabíamos el que habría en este inicio de campaña, desde luego.
Con cada vez menos crédito Herrera intentará ir ensamblando las piezas del equipo y hacer que Acevedo y Henríquez se adapten al juego y a la categoría, y que junto a los ya anteriormente mencionados formen un equipo sólido y sin fisuras que aspire a cotas más altas que la del descenso a Segunda División B. Por el mero hecho de tener una afición alentadora e incansable que no merece tantísimos disgustos y decepciones.