JAIME PARICIO/ESPIRITU DEPORTIVO. El Betis ha arrasado sin piedad a un Real Zaragoza que ha perdido el partido en el segundo quince de encuentro al conceder el gol inaugural de Rubén Castro.
El equipo no ha demostrado ni pizca de actitud, profesionalidad ni ganas. Encuentro bochornoso el que ha disputado el Real Zaragoza ante el Betis, indigno de un equipo de Primera División. El Betis, que realizó un partido sencillamente perfecto lo aprovechó y se queda con un pie y medio en Europa. Con esta derrota se complican mucho las cosas, y se necesita un improbable cúmulo de circunstancias para permanecer en la división de oro del fútbol español. El partido se resume en un sinfín de ocasiones béticas, que deambularon a sus anchas por el área zaragocista e hicieron cuatro goles que pudieron ser muchos más de no haber sido de puntuales fallos de puntería. Rubén Castro abrió la lata, Pabón sentenció con un doblete, y finalmente Jorge Molina culminó la remontada. Partido para el olvido que deja al equipo desahuciado con la obligación de ganar y esperar un nuevo milagro de 'La Pilarica'. Ganar y rezar es la vía que queda en Zaragoza para seguir en Primera División.
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