DANIEL MARZO/ESPIRITU DEPORTIVO. El equipo de Abós tuvo el partido en su mano, pero como en Valladolid, no supo gestionar el final de partido.
Volvió a pasar, un partido más, el CAI Zaragoza perdió por la mínima y lo hizo además, en campo contrario. Paso ante Murcia, en Valladolid y de nuevo en Vitoria, manteniendo además, la maldición del País Vasco, donde todavía no se ha logrado la victoria.
Y pocas veces tendrá el CAI el triunfo ante un Caja Laboral enrachado como la ha tenido en esta jornada. Desde el comienzo se demostraba que el equipo estaba enchufado, un 0-5 de salida, buscando a los interiores, Norel más por dentro, Aguilar por fuera. No querían los vascos que se les escapara el partido y a falta de otras virtudes, tiraban de la calidad de hombres como Lampe y Nocioni para darle la vuelta al marcador y lograr las primeras diferencias, 16-9 en el ecuador del primer tiempo. La aparición de Jones y Toppert volvía a igualar el encuentro, que tan sólo quedaba desequilibrado por un triple de San Emeterio para finalizar el cuarto, 23-20.
Triple para acabar el primero y triple para empezar el segundo, en este caso de Rudez, que empezaba a tomar protagonismo. Entre el croata y Aguilar, lograban mantener el pulso al Caja Laboral en un segundo cuarto que mantenía la intensidad pero bajaba en acierto, empate a 15 y 38-35 para llegar al descanso.
Para el CAI, quedará la moraleja, la reflexión: Cuando el partido se decide con una moneda al aire, siempre sale cruz. Algo habrá que cambiar.
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