Fútbol con historia en Granada

FCO. JAVIER MILLÁN/ESPÍRITU DEPORTIVO. 2 de enero de 1492. Boabdil, el último Rey de Granada, firma la capitulación tras un largo asedio. La unión de Aragón y Castilla es decisiva en la derrota de un Reino Nazarí que había perdido todo apoyo exterior.

Algo así ocurrió en un plano menos trascendental ayer en Los Cármenes. El Real Zaragoza forzó al Granada CF a firmar una derrota merecida, tras un cuasi-perfecto asedio durante gran parte del encuentro. Las tropas aragonesas comandadas por el "castellano" Jiménez supieron sitiar el Estadio y ahogar a los confundidos jugadores granadinos. Y supieron así mismo aprovechar el momento de debilidad de su rival, que si bien venía de encadenar dos victorias, se encontraba en medio de una zozobra institucional, habiendo perdido apoyos incluso dentro de su ciudad. Esa guerra civil entre directivos y responsables municipales les turbó y les impidió valorar justamente la amenaza que se les cernía.

Y es que el Real Zaragoza que jugó ayer en Los Cármenes fue un equipo serio, aguerrido y ambicioso. Lo demostró nada más empezar, cuando Movilla cortó con contundencia una jugada rival. Y lo confirmó poco después, cuando de una jugada a balón parado (perenne maldición zaragocista) Helder Postiga remató a gol. Era el 0-1 y la tarde parecía ponerse demasiado de cara para lo que el conjunto zaragocista nos tiene acostumbrados. Pero lejos de ser un golpe de suerte, la escuadra blanquilla mostró su hambre de triunfo y siguió jugando con inusitada convicción. Ante ellos el Granada parecía un equipo sin alma, asustado ante el asedio constante aragonés. Y fruto de esa presión llegó el segundo gol del Real Zaragoza, marcado por Víctor Rodríguez.

El joven jugador del filial, que llegó este año procedente de 2ªB, se ha erigido como la revelación del equipo, y ya se ha ganado una ficha profesional y un contrato para las próximas 3 temporadas. No solo muestra un juego de toque exquisito, made in La Masía, sino que asiste y hace goles. El Real Zaragoza ha encontrado en él otra perla que hay que mimar, y junto a otros interesantes jugadores que se han contratado esta temporada, el club está volviendo a generar un patrimonio propio que será garantía de éxito y supervivencia.

Volvemos al partido. El Real Zaragoza siguió jugando con comodidad, gozando de ocasiones para hacer el tercero y sin apenas sustos atrás, en una zaga inédita pero bien defendida. Sin embargo el equipo aragonés sigue teniendo que convivir con la maldición que arrastra desde la llegada del soriano, y es que no tenemos partido tranquilo. Fue extraño, porque lo que pareció ser un golpe de suerte se tornó en un sufrimiento innecesario. En el minuto 72 Iriney vió una merecida tarjeta roja que dejó al Granada con 10, y sin embargo desde entonces hasta el final del encuentro el Zaragoza sólo gozó de una clarísima ocasión que Helder Postiga no logró convertir. Y es que en esos 20 minutos volvieron las dudas, sobre todo cuando en el minuto 77 El-Arabi consiguió el 1-2. A posteriori se ve que ese sufrimiento no fue tanto por el buen hacer del Granada sino por la inquietud del apretado resultado. Al final el Granada, con más corazón que precisión, solo pudo dar algún coletazo a balón parado o de tiro lejano, pero los 3 puntos terminaron viniendo a Zaragoza, como era de justicia. Más de un aficionado de la ciudad de La Alhambra podría recriminar a sus jugadores con la conocida frase que espetó la madre de Boabdil a su hijo: "Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre".

Una vez conquistada Granada, Zaragoza espera a las huestes de Híspalis. Y lo hace reforzado, con la moral alta y con la obligación de hacer de La Romareda un fortín que ya ha sido saqueado demasiadas veces en lo que llevamos de Liga ¿qué lección de historia nos traerá la próxima semana?

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