JAIME PARICIO. Mil y un millón de gracias. Gracias a las familias Alierta y Yarza por su enorme esfuerzo ecónomico, gracias a la gente que está trabajando en la fundación, gracias a Petón por servir de nexo entre club y fundación y en general a toda las personas que han hecho posible la salvación del club de mis amores.
Gracias porque en Primera, Segunda o en Preferente quiero seguir sufriendo con mi padre en los partidos de nuestro tan querido y ahora decadente equipo. Gracias porque han extirpado al mayor cáncer de la historia de nuestra historia cerrando así la etapa más negra y vergonzosa de la misma. Gracias por involucraros de forma generosa, desinteresada y sin ánimo de lucro con el único fin de salvar un sentimiento que está muy por encima de ruines y miserables comisiones.
Gracias por iniciar la construcción de un sólido proyecto basado en el trabajo y la confianza en la cantera de Aragón, con un presidente y entrenador de gran implicación zaragocista. Gracias por sembrar esperanza e ilusión en miles de jóvenes aficionados que como yo, deseamos ver al Real Zaragoza peleando con los más grandes de nuestro país y no vagando por categorías que no corresponden ni a nuestro nombre ni a nuestro historia.
Gracias por aparecer como luz al final del tunel justo cuando todos creíamos que no había salida. Gracias por hacer que siete largos y tristes anos de angustiosa espera hayan por fin llegado a su fin. Gracias desde el fondo del corazón de un madrileño de origén aragonés que siente y adopta al Real Zaragoza como algo más que su equipo.
Muchas gracias en nombre de toda la afición zaragocista, por hacernos volver a creer.