Han pasado más de 30 años desde el accidente de la central de Chernóbyl, sin embargo, la zona de Ucrania donde se sitúa todavía emite radiación.
A pesar de que se pueden realizar visitas a Chernóbyl y al pueblo de Prypiat los turistas deben tener en cuenta numerosas medidas de seguridad para evitar recibir más radiación de la deseada.
Un dato a destacar es que actualmente las vacas que hay en zonas cercanas a la central dan leche con una radiación hasta 5 veces superior a la permitida por la OMS para un adulto. De hecho, la radiactividad varía mucho en función de la zona. Por ejemplo, está prohibido adentrarse en los bosques y zonas de vegetación cercanas y mucho menos tocarlo.
La radiación sigue existiendo y le costará décadas reducirse de forma significativa. Todos los turistas que acuden reciben algo de radiación, pero visitan zonas que han sido limpiadas, por lo que los efectos nocivos no son graves mientras no pases demasiado tiempo allí.