La Almozara vuelve a ver ganar al CD Ebro

CD EBRO. Muy lejanas quedan las Fiestas del Pilar, tan lejanas como el 9 de octubre pasado, fecha en la que el Club Deportivo Ebro consiguió su última victoria en La Almozara. 

Han tenido que pasar casi cuatro meses para detener una sequía que ha durado ocho encuentros, ocho partidos sin ganar en casa y que, como todas las rachas, ya se ha cortado gracias al gran trabajo del equipo y a los goles del debutante Orbegozo y del goleador Gabarre.

Aumenta su moral el C. D. Ebro tras ver como, por fin, el buen trabajo realizado a lo largo de la semana se ve recompensado con una victoria delante de su afición. Una afición que no veía ganar a su equipo desde octubre. Tres puntos que tienen un mérito extraordinario, puesto que el Badalona llegaba a La Almozara con solo dos derrotas en todo el curso, siendo el mejor equipo del grupo en ese apartado y, junto con el líder, el máximo  goleador a domicilio con 18 goles.

Perfecto partido de los arlequinados, pues todo salió a pedir de boca desde los primeros instantes, en una exhibición de trabajo realmente impagable.

Orbegozo, la última incorporación a la plantilla, no pudo tener un mejor estreno con la camiseta arlequinada. Le bastó un simple toque de balón, tras pase de Valero, para superar la salida de Morales, que aunque tocó, no fue suficiente para desviar la trayectoria del balón y poner por delante a su nuevo club. Estreno muy prometedor del ariete donostiarra que, a pesar de llevar unos pocos entrenamientos, demostró que junto a Gabarre pueden formar una dupla muy peligrosa.

El gol dio a entender que estábamos en el día perfecto para cambiar la dinámica negativa. Como en las mejores rachas ganadoras, la primera acción ofensiva acabó con el balón dentro de la portería rival. Y eso varió por completo el desarrollo de cuanto se iba a vivir de ahí en adelante. El Badalona se vio incapaz de crear jugadas ofensivas con un mínimo de peligro, aunque para que ésto sucediera, no hay que quitar un ápice de mérito a una defensa local que brilló con luz propia en todas las posiciones.

No solo la defensa rayó a gran nivel. Sería difícil destacar a alguien por encima de los demás, pero la actuación de Chupe por banda derecha tuvo momentos extraordinarios. En la primera mitad, y en un anticipo de cuanto sucedería más tarde, se fue de su defensor, aunque su centro no encontró rematador. Orbegozo estuvo cerca de convertir en doblete una acción dudosa, en la que la defensa catalana pidió fuera de juego, lo que hizo dudar al jugador, que finalizó la jugada lanzando mal una vaselina.

Tras una buena intervención de Morales, que con la mano tuvo que enviar a saque de esquina un colocado disparo de Valero, llegó el tanto de la sentencia en una jugada para el recuerdo de Chupe por banda derecha. Arrancó a 70 metros de la línea de fondo rival, se fue de cuantos rivales le salieron al paso hasta llegar casi a línea de fondo donde centró, Orbegozo tocó sutilmente de espuela y Gabarre, listo en el segundo palo, empujó a placer.

Con el marcador aún más a favor, al Ebro solo le bastó con dejar discurrir los minutos de forma confortable y con el único pequeño mal trago de un tiro al travesaño de Iván Agudo, en la única opción real de los badaloneses de anotar en los noventa minutos.

Victoria grande de un Ebro que desmontó por completo a uno de los mejores equipos del grupo y claro candidato a jugar por el ascenso.

Fuente: Prensa CD Ebro

Foto: Irene Villalba