Segunda derrota consecutiva del CD Ebro

ESPÍRITU DEPORTIVO. Tras la primera derrota sufrida en La Almozara, se esperaba al Atlético Saguntino con ganas de volver a recuperar la senda de la victoria. Lamentablemente, no fue así. 

En esta ocasión, esa pizca de suerte que hace  falta en cada partido nos fue adversa. Curiosamente, los dos “Atléticos” de la categoría se han llevado el triunfo. José  Antonio Buen lo narra perfectamente a continuación.

No han salido las cuentas en los dos encuentros consecutivos que el Ebro debía afrontar como local. Si muchos se frotaban las manos con la posibilidad de sumar los máximos puntos posibles, la realidad ha terminado siendo otra bien distinta. Sorprendentemente, ni ante el Atlético Levante ni ante el Atlético Saguntino se ha podido sacar nada en positivo. Los dos equipos valencianos han hecho caja en La Almozara, dejando con un palmo de narices y el gesto descompuesto a los arlequinados.

Era lógico entender que en algún momento llegarían los resultados negativos, como así está empezando a suceder. El equipo debe mantener la cabeza arriba y aprovechar el excepcional colchón de puntos logrado en las primeras jornadas para retornar al camino ganador lo antes posible.

COMIENZO PROMETEDOR. Entró con ganas el Ebro al partido. Sabía que tocaba enmendar la plana de lo sucedido siete días atrás y, con ritmo alto, intentó empezar a buscar las cosquillas de su rival, aunque sin encontrar de manera clara la meta de Luna. Poco duró la alegría, ya que los visitantes empezaron a desperezarse con balones largos a Esteve, uno de esos delanteros a la antigua usanza que no duda en usar su fuerza para no dar por perdido ni un solo esférico. De hecho, trajo en jaque a la defensa local durante los noventa minutos.

Tanto empezó a crecer el Saguntino que cada vez eran más frecuentes las llegadas a la meta de Marqueta. A le media hora, Javi Boix superó a la zaga y, cuando ya se cantaba el primer gol, Marqueta metió un pie salvador para evitarlo. Sin apenas recuperarse del susto, esta vez sí que no hubo perdón por parte visitante. Otra vez Javi Boix desbordando por banda izquierda centró, Serra con mucha picardía dejó pasar el balón y Francisco, que entraba desde atrás en carrera siguiendo la jugada, machacó el 0-1. El descosido pudo ser mayor si Esteve hubiera estado inspirado en la definición pero, por fortuna, el remate le salió a la cara de Marqueta en lugar de a las mallas.

ANSIEDAD EN ATAQUE. Declaración de intenciones del Ebro en el primer minuto de la reanudación: dos saques de esquina provocados en ese breve espacio de tiempo, hacían presagiar una posible remontada en una segunda parte en la que, de lo que se trataba es que se le hiciese lo más larga posible a los visitantes. Mucho ímpetu, muchas ganas, pero de nuevo ofuscación a la hora de la verdad. Marqueta volvió a salvar el 0-2 en una jugada vertiginosa de Francisco, al que solo faltó definir bien.

Lo mejor y lo peor vino al final. Al límite del tiempo reglamentado, Canario fue derribado por Isaac. El propio delantero transformó la pena máxima a media altura. Después de mucho buscarlo, parecía que al menos se podía salvar un punto. Pero en el añadido, pasó lo peor posible. Una falta botada casi desde el centro del campo, fue cabeceada por Pablo Vidal, el balón se envenenó y Marqueta lo intentó atrapar, pero con tan mala fortuna que chocó el balón en el poste, se le escapaba y Néstor, casi sin creérselo, anotó a placer.

Fuente: Prensa CD Ebro

Foto: Irene Villalba