Alberto Arteaga ya lleva tres temporadas dirigiendo a equipos en Francia.
Alberto Arteaga nació en Madrid hace 32 años pero a los dos meses se marchó a vivir, junto a su familia, a Zaragoza. Su trayectoria en los banquillos arrancaba en el 2002 cuando jugaba en el equipo juvenil del IES San Valero. Eduardo López, que por entonces era su técnico, le propuso hacerse cargo de uno de los equipos infantiles.
Después estuvo dirigiendo al fútbol base del Sala 10 Zaragoza y Las Fuentes, Scafati Santa Maria (Serie B), Juventud La Almunia, Kazma Club (Kuwait), Tauste…Y finalmente Francia, donde ha estado entrenando durante las últimas tres temporadas
El Clenay, de la Segunda División, le abrió las puertas y allí permaneció durante dos años. Pero las dificultades económicas del equipo le hicieron cambiar de aires, aunque se mantuvo en el país galo: «Llevaba dos años entrenando al Clenay, pero me comunicaron que no tenían medios económicos para que siguiera siendo el entrenador y me tocaba buscar un equipo nuevo…El Futsal Mont Do’r puso mucho interés en mi llegada y el proyecto me gustó. Aunque fuera una categoría menos (Segunda División ‘B’), la estructura del club es de las mejores de Francia, así que decidí fichar», comenta Alberto a Espíritu Deportivo.
A su llegada al Futsal Saône Mont D’Or, Arteaga se encontró con «un club muy moderno y activo a nivel de eventos, con muchas ideas para que la gestión económica del club no dependa exclusivamente de patrocinios, con 280 licencias federativas entre base y senior (el tercero más numeroso de Francia), y con un presidente con el que es fácil entenderse». Respecto a la plantilla del equipo, explica que son «jugadores con experiencia en categorías superiores aunque sin mucha costumbre de tener a un entrenador profesional. Además, cuento con un ayudante con formación en preparación física y psicología. Es un buen sitio para trabajar».
Una de las cosas que más le sorprendió del club, fue «su ambición y capacidad para desarrollar ideas innovadoras, tanto para la base como para los equipos senior. La idea no es solo atraer gente, si no que quien esté aquí esté contento de ello y que, además, salga rentable al club».
Pero en Francia, el fútbol sala «está en pleno crecimiento» y su repercusión está por detrás de otros deportes como el fútbol, el balonmano, el rugby…Aunque la última Eurocopa de fútbol sala hizo que «la federación francesa haya empezado a tenerlo más en cuenta y la gente empieza a conocer el deporte y disfrutarlo».
En esa Eurocopa, Francia logró empatar, ni más ni menos, que ante España: «Tácticamente, aquí puedes encontrar jugadores que no tienen nada que envidiar al nivel de España. Me atrevería a decir que incluso son mejores, sobre todo en situaciones de uno contra uno. Si llegan a profesionalizarse y a evolucionar tácticamente, con los recursos económicas y humanos que tiene Francia, pueden ser una potencia en unos cuantos años. Si ellos quieren…», dice Arteaga.
Un Arteaga que se ha proclamado subcampeón de la Copa de Francia y la Copa de los Alpes esta temporada: «Los objetivos eran totalmente diferentes. El primero era construir un equipo. Y el segundo, el ascenso. Por desgracia, en Liga las cosas no han ido bien y, posiblemente, la Copa nos haya quitado energías y concentración para haber conseguido algo más. La Copa de Francia nunca fue una prioridad, la preparábamos con ilusión pero el club nunca había pasado de 1/32 de final. La idea era conseguir llegar a dieciseisavos pero la cosa se fue dando bien…y al final perdimos la final en la prórroga contra el mejor equipo de Francia. La Copa de Rhone Alpes era, a priori, el trofeo menos importante. Pero, al quedar fuera de la carrera del ascenso y perder la Copa de Francia, nos lo planteamos como un último reto y una forma de devolver al club los esfuerzos que habían hecho para que no nos faltase de nada», explica el técnico.
En líneas generales, Arteaga se muestra «contento» de su aventura francesa, aunque reconoce que «hace tres años cuando llegué mi objetivo era entrenar a corto-medio plazo en Primera División para que, posiblemente, eso me hubiera abierta las puertas de volver a España».
Pero eso no le ha hecho renunciar a su sueño: «La hazaña que hemos hecho en la Copa de Francia ha tenido mucha repercusión, aunque no se ha traducido en proposiciones para la temporada que viene. Seguiré en el Futsal Saône Mont D’Or para llevar al equipo a la categoría que merece».