La globalización y las inversiones millonarias acabaron transformando la magia de la vetusta Copa de Europa en una Champions League acotada a los grandes clubes. Las proezas quedaron en el álbum de los buenos recuerdos. La última gran hazaña de un equipo humilde en el mayor torneo del viejo continente cumple sus tres décadas durante la presente temporada. Un curso en donde, precisamente, hay otro capítulo de proezas: la clasificación del modesto FC Sheriff para la fase de grupos, en donde coincidirá con el Real Madrid (el conjunto con más títulos del torneo). ¿Cuál será su límite? El balón dictaminará cuál será el epílogo de este equipo sin nación, cuya trayectoria de futuro se muestra en Marcadores.
A veces, no siempre, los sueños acaban cumpliéndose. Los jugadores, cuerpo técnico y, especialmente, aficionados del FC Sheriff ya han visto cumplirse uno de sus mayores sueños: estar presentes en una fase de grupos de la Champions League. Lo hace, además, después de haber superado con cierta solvencia a clubes de mayor entidad e historial. Apunte el nombre de sus dos víctimas más destacadas: Estrella Roja y Dinamo de Zagred. Con anterioridad, superaron al Teuta de Albania y al Alashkert de Armenia. Por si fuera poco, en su estreno en la máxima competición, el FC Sheriff se impuso con cierta rotundidad al Shakhtar Donestk de Ucrania, un conjunto con cierta experiencia en competiciones europeas.
Orígenes en el KGB
Esta aventura adquiere unos tintes más protagonistas cuando se descubre que el FC Sheriff representa a un país no reconocido a nivel internacional, por lo que se ve abocado a ‘defender’ la bandera de Moldavia. Las ‘avispas’ (su apodo futbolístico por el color de su camiseta) pertenecen extraoficialmente a Transnistria (su capital es Tiraspol), un territorio que ha proclamado su independencia de Moldavia, aunque sin ese reconocimiento político a nivel internacional (que no futbolístico), a pesar de contar con unas fronteras marcadas, un gobierno, una bandera y moneda propia, así como un ejército; esta situación tiene difíciles visos de solucionarse, puesto que se encuadra en el conflicto que mantiene Rusia (defensora de este país ‘ficticio’) con Ucrania y Moldavia. Si esta historia cuenta con ya ingredientes destacados, debemos sumarle otros dos datos más: el club fue fundado por dos agentes del KGB, los cuales no tienen problemas económicos a final de mes; y en el vestuario hay un sinfón de nacionalidades entre sus futbolistas. Apunten algunos países: Grecia, Ghana, Brasil, Bosnia, Perú, Luxemburgo, Trinidad y Tobago, Eslovenia, entre otros muchos. Y sí, también hay jugadores nacidos en Moldavia.
Las curiosidades siguen cuando se descubre que el nombre del equipo proviene del nombre que tiene la empresa de seguridad de los propietarios; éstos, además, cómo decíamos son millonarios porque cuentan con negocios en todos los sectores económicos que puedan pensarse, desde empresas de alimentación y transporte a compañías de medios de comunicación y relacionadas con el ámbito de la tecnología. De esta manera, el FC Sheriff será una de las atracciones de esta edición de la Champions League. ¿Y deportivamente? En el plano deportivo, el FC Sheriff (fundado en 1997) es el dominador de su campeonato, en donde se ha proclamado campeón en 19 de las últimas 21 ocasiones que se ha disputado. Eso sí, en comparación al resto de participantes de la Champions, la plantilla del FC Sheriff es la peor valorada.