ESPIRITU DEPORTIVO. El proyecto, dirigido a chavales de entre 6 y 16 años, ha echado a rodar bajo el amparo del Club Ciclista Zaragozano.
Por un lado, el equipo cadete, de 12 ciclistas, realizó una concentración inicial entre los pasados 26 y 28 de diciembre en el camping de Zaragoza. Corredores y técnicos convivieron dentro y fuera de la carretera durante tres días, y recibieron charlas formativas a cargo del fisioterapeuta Pablo Herrero, del nutricionista Marcos Pola y del director técnico, Javier Castañer.
Por su parte, la Escuela de Iniciación, integrada por una quincena de chavales, prosigue con su particular puesta a punto. “Se trata de que aprendan y disfruten de la bici sin ningún tipo de presión”, explica Sergio Larrosa, presidente del proyecto, al tiempo que destaca la buena acogida: “Por más que se diga, hay chicos dispuestos a montar en bici. Tenemos la responsabilidad de darles la cabida que merecen”.
De esta manera, los nuevos equipos del Club Ciclista Zaragozano asientan las bases de una temporada que comenzará en poco más de dos meses, y en la que, junto a lo deportivo, ocupa un lugar clave la transmisión de los valores que comporta la práctica del ciclismo.