GUILLERMO COSCOLLA/ESPÍRTU DEPORTIVO. El Real Zaragoza dejó escapar una victoria que tenía ganada al descanso (2-0). El partido acabó con empate a dos tras una segunda mitad para olvidar.
-El partido tuvo una parte para cada uno. –Los de Víctor Muñoz realizaron una primera mitad poco acostumbrada a verla. –En la segunda mitad, solo hubo un equipo sobre el césped, el Sabadell. –Víctor Rodríguez demostró que tiene que ser titular. –Al final, empate a dos y virtualmente salvados.
Orden. Ideas caras. Buen posicionamiento y goles. Eso es lo que hubo en la primera mitad por parte del Real Zaragoza. Ayer por fin el equipo aragonés saltó al campo siendo superior al contrario y arrollándolo en todas las facetas del juego.
El Real Zaragoza saltó al verde de La Romareda de una forma poco acostumbrada a verla. El conjunto de Víctor Muñoz contó con la primera ocasión de peligro en el minuto 3 y era un aviso de lo que podía suceder en la primera mitad. Al final, sucedió lo que se esperaba. Buen juego más ocasiones de peligro igual a goles. Y así fue, 2 goles en 25 minutos.
Ayer no faltó esa intensidad, esa falta de concentración que nos tienen acostumbrados a ver los jugadores blanquillos. Enfrente estaba el peor equipo como visitante. Paco Montañes y Víctor Rodríguez fueron de lo mejor en la primera mitad.
Las ocasiones para el Real Zaragoza en los primeros 45 minutos fueron muchas y la mayoría con peligro. Esos ataques hacia la portería que defendía el portero del Sabadell, Nauzet Perez, tuvieron su recompensa en el minuto 21. No de la mejor manera posible, pero lo importante es que servía para que el Real Zaragoza se pusiera por delante. El gol lo marcaría Cristian en propia puerta tras un tiro de Roger que tocó en el guardameta y seguidamente golpeó en el defensa para que éste de forma involuntaria colara el balón en su portería. Minuto 21, 1-0 y la mejor versión del Real Zaragoza desde que está Víctor Muñoz.
Con el 1-0, vino el 2-0. Tres minutos y sin apenas tiempo para que reaccionara el conjunto catalán, Víctor Rodríguez iba a inventarse un pase entre medio de la defensa rival para dejar solo Roger Martí ante Nauzet, y una jornada más, el valenciano volvió a demostrar su acierto de cara a gol. Batió a Nauzet engañándole de lado y Roger hacía el 2-0 en el minuto 24. La Romareda vivía uno de los mejores inicios de partido y la versión ofrecida hasta el momento por los jugadores del Real Zaragoza era la de un equipo serio capaz de jugar los play-off.
El descanso sentó mal
El partido se fue al descanso con un Real Zaragoza poco acostumbrado a verlo jugar tan bien. Apenas tuvo claras ocasiones para hacer un gol el Sabadell en la primera mitad. Buen partido en los primeros 45 minutos. Pasó de todo, un Real Zaragoza que jugó plácidamente y un Sabadell muy débil en defensa.
La confianza de los de Víctor Muñoz pasó factura en la segunda mitad. Era difícil jugar igual o mejor que como se había hecho en la primera mitad. Pero lo que parecía más difícil todavía es que el equipo catalán pudiera llegar a empatar el partido. Aunque viendo la imagen que mostraron los jugadores zaragocistas en el segundo tiempo no parece tan difícil.
Algo sucedió en el vestuario del Sabadell. Presionó, encerró al rival, atacó con autoridad y obtuvo el premio de la igualada. El Real Zaragoza no apareció en la segunda mitad. Los jugadores eran los mismos pero la actitud era otra. La segunda mitad fue el monólogo del que nos tiene acostumbrados una plantilla incapaz de conservar una renta de goles.
El Sabadell era el que llevaba el peso del partido. Las ocasiones más claras fueron suyas y la relajación que tuvieron en la primera mitad había cambiado de dueño. Era el Real Zaragoza el que se mostraba débil en defensa, sin organización en el medio del campo y sin peligro en la delantera. Un cúmulo de errores y de falta de concentración que el conjunto catalán no iba a desaprovechar.
Tardó en llegar pero llegó. Mucho estaba avisando el Sabadell. Anibal en el minuto 64 iba a reducir distancias en el marcador tras un balón que atravesó todo el campo del Real Zaragoza sin que fuera interceptado por ningún jugador. Sin medio del campo y con una defensa pensando en que la permanencia ya estaba lograda, apareció Anibal para avisar de que aún quedaban 30 minutos por delante y de que ahora solo estaban a un gol de solucionar el desastre de la primera mitad.
Los cambios no aportaron nada positivo
Tras el gol llegaron los cambios de Víctor Muñoz. Ayer no salieron bien. El primero en salir fue Cidoncha, que jugó un partido sin la intensidad que se requiere y sustituyó a un Álvaro Tierno que debutaba y cumplió con creces.
El cambio no aportó nada al Real Zaragoza, ni le reforzaba en defensa, ni le daba peligro arriba. Un cambio mal aprovechado. Cinco minutos después se haría la segunda sustitución. Luis García, suplente en el partido de hoy, entraba al campo en el lugar de Javi Álamo. Cambio de intenciones pero sin premio. Con Luis se podía crear más peligro, pero apenas tocó el balón en los veinte minutos que quedaban.
Con Luis y Cidoncha sobre el campo, llegó lo que se esperaba viendo la versión de los jugadores del Real Zaragoza. Bendita primera mitad. Como hubiera acabado el partido si en la primera mitad el conjunto aragonés juega como lo hizo en la segunda mitad. Si es que jugó a algo. Crespi, defensa del Sabadell, iba a igualar el partido. Del 2-0 en el minuto 25 al 2-2 en el 75. El gol encajado fue de los que nos tiene acostumbrados a ver los jugadores del Real Zaragoza. Jugador rival libre de marca en el área pequeña y sin reacción del guardameta. Empate a dos y el éxito de la primera mitad convertido en fracaso en la segunda.
Víctor Muñoz agotó los cambios con la entrada de Diego Rico por un cansado Abraham incapaz de acabar los 90 minutos. Se retiró por cansancio y no por molestias, como dijo el técnico en rueda de prensa. La entrada del burgalés si dio al equipo otro aire. Se sumó al atacante buscando el tercero con centro peligroso, y aportó en defensa evitando una posible derrota.
El partido acabó con empate a dos y con una parte para cada uno. Se volvió a demostrar la falta de inseguridad del equipo y el por qué la afición no confía en esta plantilla. Un punto que no sabe a nada después de irse al descanso con una renta de 2 goles.
Permanencia virtualmente conseguida, pero no matemática que es lo que importa. Lo que parecía que iba a ser una noche mágica terminó convirtiéndose en una acostumbrada noche con pesadillas.