YERAY CORTÉS / ESPÍRITU DEPORTIVO. El centrocampista polaco vuelve a sentir molestias en su rodilla derecha y será sometido a una artroscopia.
La etapa negra de Cezary Wilk en el Real Zaragoza llega a su fin. El jugador, que acaba contrato el próximo 30 de junio, no volverá a vestir la elástica blanquilla salvo que el club decida renovarle, algo que parece poco probable.
Y es que, cuando parecía que Wilk veía la luz al final del túnel, unas molestias en su rodilla derecha le obligan a parar antes de que se le realice una nueva atroscopia que desvelerá el motivo y el alcance de esas molestias.
Wilk, que en las últimas semanas estaba entrenando con normalidad, fichó por el Real Zaragoza en la pasada temporada procedente del Deportivo pero las lesiones provocaron que solo pudiera jugar 9 partidos. En el presente curso, Wilk disputó 11 minutos de la jornada 2, y completó dos partidos enteros: en Copa del Rey frente al Valladolid y en el Ciutat de Valencia contra el Levante. Pero el 27 de septiembre, Wilk tuvo que pasar por quirófano para ser intervenido de una afectación de la plastia de su rodilla derecha.
Tras estas nuevas molestias, Wilk no podrá despedirse de la afición zaragocista dentro del campo y en junio pondrá punto y final a su relación con el club zaragocista.