GUILLERMO COSCOLLA / ESPÍRITU DEPORTIVO. El Real Zaragoza no le plantó cara en ningún tramo del partido a Las Palmas y cosechó una derrota (0-2) que le complica la vida para garantizarse la sexta plaza.
Se respiraba ambiente de play-off en las horas previas al choque entre aragoneses y canarios. Los de Ranko Popovic llegaron a la penúltima jornada con opciones matemáticas de ser equipo de promoción de ascenso y la afición quiso estar con su equipo dos horas antes del comienzo del partido.
La defensa de cinco, por primera vez en La Romareda, fue la única novedad en el once titular del técnico zaragocista que apostó por Mario, Rubén y Cabrera en el centro de la defensa y con los habituales Fernández y Rico en los costados.
El partido comenzó con respeto por parte de ambos equipos sin arriesgar demasiado y sin poner en apuros a los porteros. Pero muy pronto vio Mario, central del Real Zaragoza, la primera amarilla del partido tras una entrada dura en el medio del campo en el minuto 13.
Sin ninguna llegada de peligro hasta el minuto 17 de juego, fueron los canarios los primeros en avisar y lo hicieron con el premio del gol. Por medio del hombre de referencia de Las Palmas, Araujo, los de Paco Herrera se adelantaron en el marcador. Con el gol encajado, el Real Zaragoza no tuvo capacidad de reacción y siguió practicando un fútbol plano y sin apenas ocasiones de peligro. Un minuto después del gol de los canarios, el colegiado le mostró cartulina amarilla a otro central del conjunto aragonés, en esta ocasión a Rubén.
Cuando parecía que el marcador no iba a sufrir modificaciones en la primera mitad, el conjunto canario volvió a sacar partido de su pólvora ofensiva, y si antes fue Araujo el encargado de abrir el marcador, en esta ocasión iba a ser Jonathan Viera, quien haría el segundo para su equipo gracias a un zapatazo que puso el esférico en donde duermen las telarañas haciendo así, insuficiente la estirada del guardameta Bono.
Con el resultado de 0-2, ambos conjuntos enfilaron el túnel de vestuarios tras una primera parte en donde hubo más interrupciones que ocasiones de peligro y que ponía cuesta arriba el partido para el Real Zaragoza.
La segunda mitad arrancó con un cambio en las filas del Real Zaragoza. Ranko Popovic entendió que a su equipo le faltaba más peligro y decidió retirar al amonestado Rubén y dar entrada al atacante Jaime Romero.
Con Jaime sobre el campo, la segunda mitad siguió la misma tónica que la primera. El dominio del balón era para el Real Zaragoza pero las ocasiones de peligro las ponía Las Palmas. Seguía sin convencerle al técnico zaragocista lo que veía sobre el césped y movió la segunda ficha del partido dando entrada a Ruiz de Galarreta para darle más calidad al medio del campo y retiró a un Natxo Insa desapercibido.
Los minutos pasaban y el Real Zaragoza seguía siendo incapaz de poner en verdadero peligro la portería rival. Enfrente tenía a un conjunto canario bien posicionado y con una gran capacidad táctica y eso anulaba por completo los intentos zaragocistas por reducir distancias. Al Real Zaragoza se le seguían apareciendo los fantasmas a modo de lesionados, y José Fernández tuvo que retirarse con molestias del terreno de juego y el encargado de sustituirle fue Tato.
Con los tres cambios ya consumidos, el Real Zaragoza encerró en su campo a Las Palmas que vio como el esfuerzo realizado durante la hora de partido les estaba pasando factura y en los últimos 20 minutos de juego eran los de Ranko Popovic quienes empezaban a llevar el peligro al área rival.
Poco trabajo tuvo Bono en la segunda mitad, pero en el minuto 80 tuvo que aparecer el marroquí para que el conjunto canario no pusiera el 0-3 en el marcador. La Romareda enmudeció en el tramo final ante la incapacidad de sus jugadores de ir a reducir distancias en el marcador y como viene siendo costumbre, los jugadores del Real Zaragoza enfilaron el túnel de vestuarios con una sonora pitada y sin la promoción asegurada.
Tendrá que ser en Leganés, donde el Real Zaragoza se juegue estar en la fase de ascenso a Primera División. Se les escapó la primera oportunidad para certificar la sexta plaza y un año más la entidad aragonesa tendrá que aferrarse al último partido de liga para conseguir el primer paso para poder estar el año que viene en Primera División.