GUILLERMO COSCOLLA / ESPÍRITU DEPORTIVO. En los últimos meses la capacidad de autocrítica que parecía tener Ranko Popovic ha ido desapareciendo.
La llegada del técnico serbio Ranko Popovic tuvo el estreno deseado. Goleada por cuatro goles a uno, a la Ponferradina, y ante la afición. Una carta de presentación inmejorable. Tras esa victoria, el equipo dirigido por el serbio llegó a estar tres jornadas más sumando. Empate (2-2) ante el Albacete, victoria (2-1) contra el Girona y empate (1-1) ante el rival de ayer el Mirandés pero en Anduva. Un balance bastante positivo con 8 puntos de sus 12 primeros al frente del Real Zaragoza.
Pero tuvo que llegar el Real Valladolid a La Romareda, rival de la próxima jornada, para que Ranko Popovic cosechara la primera derrota en su nuevo Club. Ese encuentro terminó con victoria vallisoletana (0-2) y el entrenador del Real Zaragoza fue autocrítico reconociendo que no se marchaba contento con la actitud de sus jugadores “después de la hora de partido no estuvimos a la altura que deberíamos estar” y matizó “nosotros tenemos que tener y hacer mucho más”. Con esas declaraciones, a pesar de que el equipo no consiguió sumar, el entorno del Real Zaragoza valoró como positiva la postura de su técnico.
Tras esa derrota, el equipo viajó a Gran Canaria para enfrentarse a Las Palmas en un encuentro que terminó con victoria local (5-3) y en donde una vez más el entrenador del Real Zaragoza manifestó la mala imagen de su equipo “la actitud de la segunda parte duele más que el resultado” y fue sincero diciendo que “nosotros tenemos que cambiar muchas cosas y en momentos parecimos muy inocentes y poco inteligentes”.
Esos dos mensajes ante el Valladolid y Las Palmas, respectivamente, sentaron bien a los hombres de Ranko Popovic que lograron un total de 5 partidos sin perder y cuatro de ellos con la portería a cero de manera consecutiva.
La salida a Vitoria para enfrentarse al Deportivo Alavés salió cara y el equipo se tuvo que volver con un resultado en contra (4-0) pero una vez más Ranko Popovic tiró de autocrítica y comentó “este partido lo tengo en mi cuenta y he sido el primero en cometer errores pero lo analizaremos con tranquilidad”.
Pero la derrota en Mendizorroza terminó con los records, como comentó el técnico, pero también con su capacidad de autocrítica. Desde aquél partido, el míster se acostumbró a tener solo palabras positivas para su equipo y encendió las alarmas de que estuviera viendo partidos que la mayoría no veía. El primer ejemplo de esa impresión fue en el partido en La Romareda ante la Llagostera en donde el equipo empató a dos ofreciendo una versión muy light y sufriendo durante gran parte del partido. Pero Ranko Popovic al finalizar el encuentro comentó “lo bueno es que hemos vuelto a jugar a fútbol y hemos tenido una actitud distinta al partido anterior” e insistió “no puedo pedir más de este equipo”. Unas declaraciones que despertaron el malestar de la afición con el técnico al hablar bien de su equipo en un partido donde no ofreció su mejor cara.
Tras esas declaraciones, la autocrítica siguió sin aparecer en Ranko Popovic en los futuros enfrentamientos en donde su equipo no ofreció un buen fútbol y ayer fue la gota que terminó de llenar el vaso al decir en rueda de prensa, tras perder contra el Mirandés, que “el equipo ha hecho un muy buen partido”.