ESPIRITU DEPORTIVO. Tras unos días de pulso, Luka Modric se reincorporó ayer a la disciplina del Tottenham. Después de negarse a viajar a Estados Unidos con su equipo, el croata se refugió en Zadar, su ciudad natal, pero no estuvo ni mucho menos de vacaciones.
Su intención era refugiarse allí, rodeado de su entorno más cercano, y aguardar a que se solucionara su fichaje por el Madrid. Modric había llegado incluso a plantearse la posibilidad de contratar a un entrenador personal para trabajar en solitario y estar a punto de cara a su probable llegada al cuadro blanco.
Lejos de la disciplina de su actual club, Luka estaba dispuesto a seguir un plan especial de puesta a punto tras las vacaciones. El todavía jugador del Tottenham acabó su participación en la Eurocopa el pasado 18 de junio. Han pasado 36 días desde entonces, tiempo suficiente para haber recargado pilas. Por eso Luka pensaba ponerse en manos de un profesional que le pusiera a tono para no perder más tiempo.
Por supuesto, Modric sabe de la exigencia de Mourinho con el tema físico y por eso no quería llegar sin rodaje al trabajo con el Real Madrid, el cual espera que dé comienzo más pronto que tarde.
Pero Luka, sabedor del enfado del presidente del Tottenham, Daniel Levy, y tras mantener una conversación con el técnico de los Spurs, André Villas-Boas, decidió tras el fin de semana dar su brazo a torcer y regresar a Londres.
Desde ayer, el croata se ejercita en las instalaciones del Tottenham, el Spurs Lodge, y corresponderá al cuerpo técnico del club londinense planificar su pretemporada.