JAVIER VEGAS/ESPIRITU DEPORTIVO. Una de las anécdotas del encuentro entre el Real Zaragoza y el Jaén fue cuando un grupo de niños fueron la orquesta de la afición de La Romareda.
¿Quién dijo que los niños no animaban? Ayer en el partido ante el Jaén se pudo comprobar que también se les necesita, no solo para crear zaragocismo entre los más pequeños, sino porque también animan a la grada en los malos momentos.
Con el 0-0 y cuando La Romareda parecía un cementerio un grupo de niños situados cerca del fondo norte comenzó a gritar el "Sí se puede".
El resto de La Romareda se percató de la situación y no dudó en seguir los cánticos ante el asombro de la afición. Los niños son importantes también, y La Romareda los necesita.
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